lunes, 23 de febrero de 2009

viernes, 20 de febrero de 2009

Alicheraciones y pochas poéticas

Chechu el chabacano, de apellido Chaval Chachi, tenía gancho con las chicas, era chulo y empuñaba larga picha. Pasó el muchacho ocho meses de marchito celibato con choteo del populacho. ¡Qué cachondos los muchachos! Achicharrado su orgullo, flechar quiso a una checa, acechando sus pechugas y achuchando su chepa. Pero un negro chaparrón anunciaba su desdicha. El chichi de la gachí resultó pocho y dejó maltrecho su trocho. Gacha y sin mucha chicha quedó su salchicha. La doctora doña Concha, especialista en chuchas, hizo luego un zafarrancho en el centro de su hucha. Advirtió: "Cuidado, pincha. Si te escuece pon un parche. ¿Que se te chafa? Te chinchas."

Conclusión: Doña Concha interviene sin evaluar.

martes, 17 de febrero de 2009

Ef ed otob

Temo que las migas de pan se alineen sobre el mantel formando un número maligno.

(90.10.51) .J.T

domingo, 15 de febrero de 2009

Boto de fe

Temo encontrar un día el Santo Grial y bebérmelo sin darme cuenta.

T.J. (15.01.09)

viernes, 13 de febrero de 2009

domingo, 8 de febrero de 2009

Entre pulsiones y pezones


Domingo, ocho de febrero de dos mil nueve

Amigos míos,

os remito este video desde el hospital psiquiátrico de Saint-Rémy. A él llegué hace tan solo un par de días con la esperanza de poner fin a las inquietantes alucinaciones que, como sabéis, atormentan mi existencia. Por fortuna no es preciso alarmarse, pues mi salud se restablece. Además, las enfermeras, sabedoras de mi profunda admiración por el arte de Van Gogh, tuvieron el detalle de asignarme la misma habitación en la que otrora pasó sus últimos días de frenética creación.

La noche del sábado, cuando todos temían por mi partida sin retorno hacia el país de las histéricas, la pasé entre pesadillas, con el rostro encendido a causa de la fiebre y los dedos helados, tecleando en el vacío textos que jamás verán la luz. De madrugada emergí de aquel abismo delirante y, durante un momento de lucidez providencial, supe que tenía que plasmar en un video aquello que los demonios de la enfermedad, con labios de sueños y vahídos, me habían susurrado.

Así reconstruí la vida de Brian José, un niño brasileño que participa, a través de la lambada, en un ritual de transición hacia la vida adulta. Como diría Joan en "Desmontando a Harry" (Woody Allen, 1997), comienza a ser un rompechochos y a cagarse en Dios.

Topanga Lawrence

viernes, 6 de febrero de 2009

jueves, 5 de febrero de 2009

Y ahora... ¿a qué jugamos?

Entonces tú eras mi hija. Vaaaamos, tienes que comer. Ajá. Sí. Un yogur. Sí, abre la bocaaaa. Ammm. Qué rico, ¿eh? Otra, vamos. ¿No quieres más? Bueeeno. Ahora tenemos que ir a dar un paseo al parque. ¿Te dan miedo los columpios? Yo me subo contigo. Y después tienes que bañarte. Mira, por ejemplo coges este patito y juegas con él, ¿vale? Uy, si bostezas es porque tienes sueño. ¡Aaa dormiiiiir! Hasta mañana.

martes, 3 de febrero de 2009

Tres tristes trastornados

Quizás imaginabais que haría una síntesis analítica acerca de los resultados de la encuesta propuesta hace una semana; lo que nunca sospechasteis era que, al participar en ella, estabais somentiéndoos a un test de personalidad encubierto. De acuerdo, el código deontológico de la profesión prohíbe tajantemente una evaluación disfrazada sin consentimiento informado por parte del cliente, pero, bah, oh, qué más da... Si hacéis los test chorra que vienen en el Quo, en el Qué o en el QMD no os tiene por qué importar que Lawrence analice vuestra conducta en QPMD. Sin más dilación, metámonos en harina...

a) Si tu respuesta ha sido "Un helado de chocolate y avellanas": En primer lugar, está claro que te encanta la nocilla. Te gusta cocinar para tus amigos y sorprenderlos con cenas exquisitas y extraordinariamente exóticas. Se podría afirmar que eres una persona creativa, un amante de todo tipo de manifestación artística, hasta el punto de viajar a cualquier lado con una cámara de fotos colgada al cuello o un cuaderno para anotar ideas o plasmar momentos. Las innovaciones en el terreno sexual hacen que tus amantes te califiquen con un sobresaliente.

b) Si tu respuesta ha sido "Ver a las vacas pastar": La naturaleza es tu pasión. Disfrutarías pasando el resto de tus días en un caserío (como el de los quesitos) ordeñando vacas y segando el prao'. Tu alma hippie y ecológica ha elevado a Al Gore hasta el Olimpo de los dioses y ha condenado a las centrales térmicas y a Bush al fuego eterno. Lamentablemente, no conoces el kamasutra tanto como crees. Tus relaciones íntimas no traspasan el terreno de lo tradicional.

c) Si tu respuesta ha sido "Una patada en la entrepierna": Morirías en cualquier campo de juego porque eres un aficionado a los deportes de riesgo, a sufrir, a pasar miedo, a experimentar emociones fuertes, etc. Enfrentarte a la autoridad y transgredir las normas sociales se convierten en un hobbie para ti. Asimismo, una tendencia sádica amenaza tus relaciones sexuales, en las que suele haber sangre, lágrimas, incluso cabezas de caniches clavadas en estacas.

d) Si tu respuesta han sido varias respuestas contradictorias: Te caracterizas por cierta labilidad emocional que te debe de hacer, básicamente, insoportable para el género humano (no así para el reino perruno). La indecisión gobierna tu vida y, probablemente, afecte también al terreno amatorio (vamos, que no sabes si darle a la carne o al pescao', a jóvenes o a viejos, a gordos o a flacos, etc.). En definitiva, te tirarías a todo zurro y burro.

No puedo garantizar que la extracción de los anteriores perfiles psicológicos esté exenta del sesgo de expectancia. En caso de que lo esté, que os jodan.