¿Qué te mola de Cuatro? A mí me mola imaginar el embutido leonés de Jesús Calleja... y que César Millán me domestica. Eso es todo.
sábado, 25 de octubre de 2008
martes, 21 de octubre de 2008
Cuando el uñero español sangra
Si no quieres que parte de tus impuestos se destine a la financiación de actividades relacionadas con la fiesta taurina, envía un correo electrónico al Ministerio de Economía y Hacienda exigiendo que se incluya una casilla antitaurina en el impreso de la Declaración de la Renta. Esta es una iniciativa de Caiga Quien Caiga.
lunes, 20 de octubre de 2008
Las catorce evidencias de Lawrence
Sepan ustedes, señores videntes, de mi propio puño y letra, esta historia de entretiempo, la historia de Mary Ann de West Hollywood. Esta dama, de aspecto ojerizo y enjuto, sufrió, allá por sus años mozos, el azote de una doble desventura; fue ultrajada por su entrenador de natación, quien valiose de su superioridad corpulenta para asediar la intimidad carnal de la muchacha, a más de verse amenazada por las continuas tentativas de envenenamiento por parte de su madrasta, celosa esta de la intensa relación afectiva que Mary Ann y su padre mantenían. Tal fue su desdicha por los terribles acontecimientos que su estómago regurgitaba todo alimento engullido y su piel fue tornándose más pálida cada amanecer, al punto de volverse ella misma una muerta viviente. Sin embargo, la Fortuna no había previsto para la dama de West Hollywood una tregua temprana a sus desgracias. Al tiempo que estos hechos tenían lugar, Mary Ann viose en la obligación de acudir el primer domingo de cada mes a prisión, donde su enamorado Jimmy Joe, cautivo desde hacía meses, requería su ayuda para calmar a base de estupefacientes su miserable ansia vital. Allí ella también fue hecha prisionera, pues las dudas sobre su participación en el intento de asesinato del buen gobernador de su patria acrecentáronse tras destapar a la luz pública la autoridad policial, con gran pericia y no menos aprieto, que Mary Ann hubiera sido la líder de una hermandad satánica, de directriz anarquista. Nuestra triste protagonista púsose a disposición de la justicia y desterró de sus mientes los malos augurios que la rondaban, mas uno en especial no pudo olvidar, aquel que retraíale la imagen de su antigua compañera de instituto, Lisa P., vistiendo el sublime vestido de graduación que había soñado para ella meses atrás desde el escaparate del bazar Penguin Look. Una vez absuelta de los cargos imputados, Mary Ann tropezose de nuevo con la piedra de la mala suerte, ya que su historial delictivo manchó su expediente académico y el claustro de profesores de la celebérrima Universidad de Jarrabar rechazó su petición de ingreso. De este modo la dama de West Hollywood creyó conveniente ganarse el pan con el sudor de su frente y entró a trabajar como sirvienta en una humilde casa de hamburguesas rural, donde cierto día un hosco lugareño de ilustre linaje róbale el corazón y pídele su mano. Meses después del enlace, la dama, ya señora, conoció de las vetustas páginas de un periódico, en la hemeroteca de aquel anónimo pueblo, la noticia de unas turbulentas ocurrencias de las que su actual esposo había sido partícipe. Si bien el hombre negolo todo, Mary Ann no resistió la incertidumbre de tener bajo su mismo techo al que, en tiempos remotos, hubiera sido tesorero de los Janos Brothers. Es más, hastiada de sus malas experiencias, presa de los demonios de la locura, la dama decidió poner fin a su sufrimiento, y con él a su aliento de vida. Con el filo rozando las arterias de la muñeca, sorprendiose del reflejo de su difunta abuela en el vidrio de una ventana, pero, antes que huir o aullar, Mary Ann acercose a él para oír de cerca el eco lejano de aquel ángel de la guarda, suplicante de arrepentimiento y de lucha. El destino quiso que Mary Ann presenciara un milagro, y Mary Ann decidió no defraudar al destino siguiendo su designio, encarnado en las palabras exiguas de su abuela. Así es como la dama de West Hollywood asestó dos puñaladas mortales al corazón del buen presidente estatal, el foco de todo mal según su interpretación del mensaje divino. Una semejaza física prodigiosa con el presidente, al parecer por desconocidos lazos de consanguinidad, permitiéronle usurpar el cargo presidencial de forma taimada. Bajo su mandato proclamó la paz mundial, un status quo que dieciséis años más tarde fue pervertido por uno de sus hijos, un niño de temperamento catatónico, autista para algunos, brujo para otros, que, en cualquier caso, albergaba en su interior la genuina semilla del mal, legada por su padre, aquel endemoniado tesorero de los Janos Brothers.
...Datos curiosos
- La historia de Mary Ann está basada en una película. Cualquier parecido con la realidad es fruto de tu imaginación calenturienta.
- Durante la película Mary Ann se zumbó quince veces a un negro, pero las imágenes no se incluyen en el film por cuestión de ética del país donde se rodó el mismo, EEUU.
- La cinta fue intitulada en inglés como “Broken inocence” y en español como “Mary Ann sabía lo que se cocía”.
- Los críticos, por unanimidad, han declarado que la historia de Mary Ann aúna todos (catorce) los tópicos cinematográficos de sello norteamericano habidos y por haber, en especial los de las tardes de los sábados.
sábado, 18 de octubre de 2008
El abuelo que nació de un tomate
"Porque sueño yo no lo estoy. Porque sueño... sueño. Porque me abandono por las noches a mis sueños antes de que me deje el día. Porque no amo. Porque me asusta amar. Ya no sueño. Ya no sueño."
L'avalée des avalés, Réjean Ducharme
"Pero resulta que mis dedos del pie me recuerdan que estoy aquí. Salen de un agujerito en el extremo de mi manta. Cada día, sin que yo mismo me dé cuenta, consigo asomar un dedo más que el día anterior. Mañana asomaré mi pie entero. Y mi pierna. Y pronto será mi cuerpo. Siento que debo abandonar esta vida antes de estrangularme con este agujero."
Léolo, Jean-Claude Lauzon
domingo, 12 de octubre de 2008
QVMT
“Qué vida más triste”, aquel que fuera uno de los primeros videoblogs en colgarse en la red, se empezará a emitir en LaSexta próximamente. Rubén Ontiveros, el guionista creador de esta miniserie de humor que narra la vida de un grupo de amigos vascos de clase media-baja, tuvo una gran idea el día que decidió promocionar este invento en YouTube. Cada domingo Borja resumía a los internautas, desde el borde de su cama, los líos delirantes que durante la semana había protagonizado junto a Josebas, Nuria, Laura e Izaskun. Era un humor cutre con un telón de fondo y unos personajes cutres; era casi la vida real, te hacía sonreír. Ahora, con la adaptación del videoblog para la tele, me temo que esa complicidad que el mundo de Borja había conseguido con su audiencia se corromperá, como se corrompe todo lo que la tele toca. Si los medios de producción crecen, el perfeccionamiento de la puesta en escena, el incremento de las ganancias de los integrantes de la serie o una difusión masiva de la misma acabarán contaminando el carácter humilde de este humor tunante y torpe. Que el vórtice espacial de mi habitación me trague si esta es la excepción que confirme la regla de lo sucedido con programas del estilo de “Camera Cafè”, “Muchachada Nui” (anteriormente conocido como “La Hora Chanante”) o el propio “Sé lo que hicisteis”. Que se me aparezca el fantasma de los Backstreet Boys si no llegan a venderse en Ikea réplicas exactas de la popular colcha de nuestro amigo Borja.
viernes, 10 de octubre de 2008
Briconsejo
Hola, amigos. A continuación os facilito un consejo mnemotécnico dedicado a los estudiantes de música:
¿Cómo podéis recordar la melodía del Canon en D de Johann Pachelbel, de una forma rápida y sencilla, durante vuestro examen en el Conservatorio? Tarareando la sintonía de apertura de Bricomanía.
viernes, 3 de octubre de 2008
Otra vez no
No me envíes más emails con PowerPoints adjuntos. No los leo. Me da igual que maten a un gatito si no reenvío a mis contactos una mierda de texto sensiblero. No me interesa saber cómo es el Machu Picchu visto desde todos sus ángulos, ni contemplar bebés disfrazados de flor metidos en macetas. No me hacen reír las respuestas de un adolescente imbécil a su examen sobre biología. No me asusta la cara de la niña del exorcista. Me importa una puta mierda que seas mi amigo; no me envíes más emails con PowerPoints adjuntos. No los leo.
Endogamia laboral
“Nosotros nos lo guisamos, nosotros nos lo comemos.” Esta era la frase que mi tío Pérez me dirigía cada vez que recibía una nueva entrega de mi famosa tira cómica “La coletera sesentera”. Llevaba trabajando para la revista de mi tío un par de años. Como es evidente, él contrató mis servicios gracias a los lazos de sangre que nos unían. Ahora mi tío nos ha dejado y se ha mudado a un lugar mejor; ha cogido todo el dinero de los fondos de la revista y ha huido a Latinoamérica en compañía de su amigo Rodríguez Menéndez. Lógicamente el negocio familiar ha quebrado y me he visto en la obligación de buscarme las habichuelas fuera del ámbito laboral amigo. Vago de un sitio para otro, voy de entrevista en entrevista, para regresar siempre a la casilla de salida. Pensé que tenía talento, al menos eso me hicieron creer mi tío Pérez y su séquito durante los días de vino y rosas, pero la realidad parece ser otra bien distinta. He visto cómo muchos peces gordos del medio utilizaban los papeles donde en el pasado dibujaba “La coletera sesentera” para apagar sus cigarrillos. Vivo replanteándome por ello mi trabajo creativo y las posibilidades que me ofrece el futuro sin la sombra protectora de mi tío. Sin embargo, este bache de mi vida no ha hecho que pierda por completo la confianza en mi talento. De hecho ya he cambiado la antigua consigna que compartía con mi tío por otra nueva y esclarecedora que pondré en práctica durante la próxima entrevista laboral: “Tú me lo guisas, yo te lo como.” A ver si hay suerte. Yo, por si acaso, iré guardando en mi bolso un cepillo de dientes.
La dieta de Willendorf
¿Qué significa el título “Sin tetas no hay paraíso”? Sé que muchos de vosotros os lo habréis preguntado en alguna ocasión, puesto que la mayoría de los lectores asiduos a este blog sois una panda de canis asilvestrados (uh, lo peor de lo peor). Incluso os habréis atrevido a aventurar alguna pseudoexplicación, del tipo: los guionistas de la serie quisieron transmitir la idea de que algunas mujeres se valen de la explotación de su cuerpo para abrirse paso en el reino de la opulencia. Lo cierto es que mis conjeturas tiran por otros derroteros… Sí, particularmente creo que el señor con bigote adicto a los puticlubs de carretera que creó esta serie tenía tan pocas luces que el único pensamiento que quería divulgar era la necesidad de que los burdeles garantizaran que las putas del lugar fueran auténticas féminas; se había cansado de que le dieran gato por conejo. Así que, en un primer momento, bautizó la serie con el nombre “Sin tetas no hay coño”. No obstante, los productores le exigieron un poco de decoro porque no creían conveniente ensuciar una cadena tan elegante como Telecinco con un título tan vulgar. El señor con bigote acató sus órdenes y decidió rebautizar la serie como “Sin tetas no hay paraíso”; digamos que cambió “coño” por “paraíso” y todos aplaudieron su ingenio. Sea como fuere, esta no formará parte del grupo selecto de series que asciendan al paraíso televisivo. “Sin tetas no hay paraíso”, como mucho, se quedará en el limbo por los siglos de los siglos... Amén.