Gañán: ¿Qué tienes, Lorelai, que te veo regulera?
Lorelai: Uno de los tres tiene que poner la lavadora esta noche.
Rory: ¿Por qué?
Lorelai: Porque me quedé sin ropa interior hace tres días.
Gañán: Aaay, pataliebre, ya decía yo que aquí olía a perrete mojao’.
Rory: ¿Y qué llevas ahora debajo de la falda?
Lorelai: Voy sin nada.
Rory: ¡¡¡Mamá!!!
Lorelai: Es bastante agradable, hay brisa.
Rory: Mi ejemplo de mujer, señores y señoras.
Gañán: Aaanda, Rory, que vas poniendo la puntillica en tó. Vete a zurir mierdas con un látigo.
Lorelai: Así se habla.
Rory: Mamá, coge tu cabeza. Te llevo al psicólogo.
Lorelai: Bien, esta vez al menos no habrá rejas de por medio.
Gañán: A mí eso de los psicólogos me huele a ropero viejo. Ahí los ves, gordos como nutras y sacando pecho palomo.
Rory: ¿Pecho palomo?
Lorelai: Petulante.
Gañán: Petulante no hermosa, tunante.
Rory: Ah, un momento, me apunto la palabra.
Gañán: Y dale, deja ya la escritura y los pensares, muchacha, que de tanto estudiar se te va a quedar culo carpeta.
Lorelai: Y yo sigo con el perrete asomando el hocico.
Gañán y Rory: ¿¿¿Qué???
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