viernes, 15 de agosto de 2008

http://www.muchoviaje.com

Si mi madre no me hubiera parido en tan previsibles circunstancias, a estas alturas me hallaríais muy lejos de esta costa cantábrica, pues me habría encantado dedicarme al oficio de viajante. Las mujeres y los hombres que van estirando sus raíces desde la cuna hasta el otro lado de la Tierra, por cuestiones de trabajo más que de placer, deben ser, al contrario de lo que pudiera parecer en una primera impresión, introvertidos. Imaginaos. Aquel que naciera pobre y estuviera acostumbrado a hacer de su vida una continua travesía se iría llenando los bolsillos de intrepidez, serenidad e introspección durante el trayecto, el contacto directo con todo tipo de situaciones, especímenes humanos y no humanos le habría otorgado de forma milagrosa las alas y la vista de un pájaro. Comenzaría entonces a divisar el mundo y a sus habitantes desde una perspectiva aérea, tan distante de la perspectiva del topo como la hierba del sol, e iría olvidándose paulatinamente, sobre la marcha, del lugar del que partió, hasta el punto de no recordar ni siquiera el camino de vuelta a casa. El oficio de viajante es sacrificado y lamentable, el viajante muere solo y con los bolsillos llenos de silencio. Seguramente si mi madre no me hubiera parido en tan previsibles circunstancias no desearía ser viajante.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

¿Quién fue el primer hombre en dar la vuelta al mundo? Willy Fog... y lo hizo en 80 días.
:P

Anónimo dijo...

Topanga, lo mejor que has escrito.

Sombrerazo.

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